“Sí, mamá, está acá, sentadita al lado mío… Tiene el pelo amarillo con rulitos, un vestido largo, rosa, y alas del mismo color… se ríe mucho”. Una niña ha visto a su Ángel. Los relatos de los niños son increíbles y están plagados de detalles. Ellos son puros, sensibles, inocentes y aún no han sido contaminados con los problemas y situaciones que atraviesan los adultos. Su habilidad para aceptar las cosas tal como las ven los hacen especialmente capaces de reconocer a los ángeles. En Ángeles para niños, Silvia Abalsamo relata (con mirada de niño) ese otro mundo celestial que está presente, de manera constante, en cada etapa de la vida. Nos cuenta cómo podemos encontrar señales y mensajes en los detalles más simples. Nos da a conocer sus nombres y virtudes para poder convocarlos cuando los necesitemos y nos regala, al final del libro, una serie de cartas con mensajes para que aprendamos a escuchar a nuestros guías espirituales de la vida. Ellos están, esperan, nos aman… ¿Y si por un ratito nos ponemos “ojos y corazón de niño” para conocerlos? Quizá te lleves la sorpresa de verlo junto a ti, sonriendo, abrazándote con sus alas.